En los últimos treinta años las estrategias de intervención preventiva y los programas que han obtenido mejores resultados en la reducción de los accidentes de trabajo, en el ámbito occidental, son aquellos que identifican las conductas claves en seguridad, evaluan su frecuencia, realizan una intervención conductual y comprueban sus resultados. Genericamente, estos programas son conocidos como Seguridad Basada en la Conducta. Pero esta denominación suele incluir formatos de aplicación en la empresa diferentes entre si. Por ésta y otras razones, la elección de algunos de estos formatos o Métodos debería estar basado en el conocimiento de los resultados obtenidos y el encuadre social de las conductas aceptadas por la organización, lo que en general se denomina "cultura".
En lo que si coinciden estos modelos de aplicación, es en que todos ellos emplean los conocimientos obtenidos por la Psicologia de la Conducta. La psicologia que tiene como objeto de estudio la conducta o comportamiento de las personas, utiliza los conocimientos obtenidos experimentalmente sobre los procesos naturales de aprendizaje para explicar y alterar en sentido positivo la conducta en seguridad del trabajo. Por esta razón no necesita emplear teorías de dudosa o no comprobada utilidad, aunque la difusión de estas teorías en el mundo de las organizaciones, ha sido relativamente amplia.
A pesar de la comprobada utilidad del empleo de los conocimientos de la psicologia de la conducta en Seguridad del Trabajo, la que se extiende por tres décadas, desde las aplicaciones pioneras de las psicólogas estadounidenses, Dras. Beth Sulzer-Azaroff y Judith Komaki, todavía su uso no es extendido entre las organizaciones, lo que ha significado un importante retraso en psicología preventiva, particularmente en el mundo de habla castellana.
Sin detenernos en una revisión de este déficit aqui, puesto que está detallado en extenso en otro lugar (Intervención Psicológica en la Empresa, Madrid: Ediciones Pirámide , 2008) donde se incluye una descripción de metodologías útiles en prevención de riesgos laborales, probablemente una de las razones que ha contribuido a esta falta de aplicaciones en la empresa en nuestra lengua, sea debido al desconocimiento o inclusive cierta reticencia de los psicólogos a emplear la psicología cientifica en su trabajo preventivo, dando preferencia a las intervenciones clásicas, bastante débiles para introducir los cambios de conducta necesarios, porque solo utilizan formación o capacitación.
Parte de esta reticencia puede deberse a una interpretación erroóea del concepto de control conductual que suele utilizar la psicología de la conducta para referirse al proceso mediante el cual se obtienen los cambios de conducta. En realidad, mas que control este es un proceso de gestión de los procesos de aprendizaje, lo que condujo al importante descubrimiento que la conducta segura es aprendida pero tambien es aprendida la conducta insegura, lo que facilita la intervención conductual en esta última con el propósito es revertir la conducta insegura empleando los mismos procesos de aprendizaje mediante los cuales se estableció.
¿Significa este objetivo que la responsabilidad individual por la conducta insegura y su eventual secuela, el accidente laboral, es inexistente? Por el contrario, la psicología de la conducta, si bien ha establecido solidamente que la conducta de los trabajadores es una función del sistema de organización de la empresa, también facilita los conocimientos para que el propio trabajador gestione su conducta empleando para tal efecto diferentes técnicas del autocontrol conductual.
Esta es una reciente y prometedora aplicación de la psicología de la conducta, la que se apoya además, en los conocimientos aportados por los psicólogos especializados en la neurociencia. El primer informe en castellano sobre el empleo del autocontrol en prevención de riesgos laborales, fue publicado por PERSIST en 1997. Los trabajos en inglés sobre estas aplicaciones son todavía escasos.
Por consiguiente, la psicologia de la conducta, si bien admite la conducta como una función de sus consecuencias, en estrecha y definida relacion con su medio ambiente, acepta la responsabilidad individual por la conducta insegura. Pero de la misma forma que admite que la conducta en la empresa es una función externamente controlada, tambien proporciona los medios para facultar al trabajador a aceptar su propia responsabilidad y ejercer el autocontrol de su propia conducta. Como se ha observado en diferentes intervenciones conductuales, las ventajas colaterales de esta metodología son innumerables, porque influye y afecta directamente a las diversas esferas del comportamiento individual, no solo en el ámbito de la prevención de los riesgos laborales donde su éxito ha sido ampliamente demostrado.
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