Con motivo de la publicación de estos comentarios sobre las clasificaciones en uso de las diferentes competencias, recibimos un valioso e interesante comentario de D. Alvio Lagos, un alto ejecutivo de CMPC Celulosa, con gran experiencia en la gestión de Recursos Humanos. Por su valor e interés para todos quienes estamos en estas tareas, las incluimos al final de nuestro comentario original.
Desde los pioneros estudios del psicólogo David McClelland sobre competencias, este concepto ha evolucionado y se ha convertido en un eje para establecer ciertos estándares de conducta requeridos para desempeñar determinadas tareas. Entre estos esfuerzos conviene examinar la diferencia que se ha establecido entre competencias que se denominan "duras" y competencias que se denominan, "blandas".
Esta es una clasificación, posiblemente interesada, que ha tenido a pesar de sus obvias limitaciones, cierto éxito, especialmente entre no especialistas. Si se examinan estos términos, la expresión "dura" puede verse como una alusión a algo sólido, bien establecido, consistente y claramente definido. Por su parte, la expresión "blanda" puede parecer sinónimo de débil, maleable, difuso o confuso.
En materia de competencias, se ha reservado la expresión competencias duras para referirse en general, a las competencias técnicas o de la ciencia limitada a las probetas. Por otra parte, las competencias de comunicación, asertividad, relación con los demás y muchas otras similares son las llamadas "competencias blandas". Al emplear esta denominación, puede apreciarse claramente que el término "blandas" aplicado a estas conductas es inexacto e insuficiente por la naturaleza de las habilidades a las que se refiere. Además, su uso parece algo interesado promovido quizás por quienes creen tener el dominio de los conocimientos consolidados, importantes o "duros".
En realidad, la situación en materias de competencias es realmente muy diferente. Mientras que cualquier persona con una cierta capacidad intelectual puede aprender los cálculos que le permitan establecer la resistencia de determinados materiales en diferentes condiciones de trabajo, o aprender las funciones de determinadas arterias en el cuerpo humano y sus posibilidades de intervención quirúrgica, todo el conocimiento actual muestra que, a estas mismas personas, puede resultarles extremadamente difícil aprender a comunicarse con sus colaboradores, a emitir instrucciones claras y sin lugar a interpretaciones o simplemente a practicar la empatía.
Esta si es, no solo una dura tarea, sino además una competencia crítica. Si un profesional no llega a ser competente en estas conductas, su trabajo se verá afectado seriamente. Por consiguiente, resulta mucho más clarificador reemplazar esa clasificación, francamente obsoleta y errónea, por una que ponga a ambos tipos de competencias en similitud de dificultad, que resulte más precisa y clara, por ejemplo: Competencias Técnicas y Competencias Críticas.
De esta forma no se continúa endiosando la ciencia, supuestamente exacta y a la tecnología supuestamente infalible como un conocimiento "duro".
Además, esta nivelación de los términos se convierte, especialmente, pero no solamente, para los estudiantes, en una poderosa señal que sus competencias técnicas son importantes pero insuficientes para ser eficientes en su trabajo profesional y en su vida, si no cubren también sus competencias críticas, las que de blandas, como se ha visto, no tienen nada.
Comentarios de D. Alvio Lagos, Gerente CMPC,
Estimado Luis, compartimos plenamente tu analisis y como ustedes ya hos hemos topado varias veces con las confusiones que surgen de la partición entre duras y blandas.
En un intento por superar esas barreras, en nuestra Planta hemos decidido utilizar las siguientes distinciones:
Competencias Operativas: agrupamos aqui al conjunto de conocimientos habilidades y destrezas que se requiere tener para desempeñarse eficientemente en las áreas técnicas o de especialidades.
Competencias transversales: agrupamos aqui al conjunto de actitudes, aptitudes, valores, compromisos y motivaciones que se requiere tener en cualquier especialidad pra relacionarse socialmente de manera eficiente en todos los ámbitos del quehacer humano (incluido el laboral, en todas las áreas y/o especialidades). Criticas tambien nos parece un calificativo apropiado, aunque adoptamos el otro para contrastarlas con las operativas (y para no generar la imprsión de que son mas importantes).
Adoptamos también por convención, que tanto las primeras como las segundas:
a) pueden ser críticas o no, dependiendo de las circunstancias;
b) son calificables (bueno, regular, malo, etc.) y
c) son cuantificables (bastante; suficiente; 55%; 7 de 10, etc.)
Solo a partir de lo anterior podemos hacer gestión.
Alvio Lagos.
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